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Vista aérea del paseo |
El Paseo de Cánovas data de finales del siglo XIX, cuando se acometen las obras de los primeros ensanches que unen la ciudad antigua con lo que actualmente es el eje urbanístico de la ciudad moderna. El más importante de todos, que se convirtió en área de expansión de la ciudad, parte de la calle de San Antón y tomando el camino que se conocía como de San Juan del Puerto, enlaza con la estación de ferrocarril y con la carretera de Mérida.
A comienzos del siglo XX, en el Paseo de San Juan del Puerto, más tarde Paseo de Cánovas, sólo se ubicaban el Hospital Provincial (1892), el Hogar de las Hermanitas de los Pobres (1885) y el Parador del Carmen. Todas estas edificaciones estaban rodeadas de campos de cultivos y cercados para ganado que le daban un aspecto eminentemente rural.
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Vista nocturna del paseo |
La urbanización del ensanche se debe a la iniciativa de D. Luis de Armiñón, que era entonces Director General de Obras Públicas, que habilitó los fondos necesarios para la adecuación de la Avenida del Dos de Mayo, más tarde Avenida de Luis de Armiñón, después Avenida de la República y finalmente Avenida de España.
La Avenida de España con sus dos vías laterales dejaba en el centro un amplio paseo que durante años se utilizó para actos oficiales como las paradas militares.
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Casa de estilo sevillano en Cáceres |
Los edificios particulares, la mayoría chalets, los mandaron construir miembros de la burguesía enriquecida por la adquisición de bienes procedentes de las sucesivas desamortizaciones que se sucedieron en el siglo XIX. El periodo de mayor esplendor constructivo coincide con la dictadura del General Primo de Rivera y los primeros años de la República (1925-1935).
El autor de la mayoría de estos proyectos fue el arquitecto municipal Ángel Pérez Rodríguez: La Casa de las Chicuelas (1927), derribada en 1980; el edificio número tres de la Avenida de España (1927), junto al llamado Jardincillo del Requeté; un hotelito de estilo vasco (1928) derribado a comienzos de los años ochenta; una casa frente a las Chicuelas de estilo sevillano que aún se conserva y el magnífico Cine Norba (1934), también derribado, que durante años hizo las delicias de los cacereños.
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Edificio número 3 nevado |
Otros arquitectos también intervienen en los proyectos del ensanche. A Francisco Calvo Traspadierne se deben obras de estilo neoplateresco como la casa número cinco de la Avenida de España (1927). A Ignacio López Munera, arquitecto municipal de Trujillo, un hotelito de cuatro viviendas, en el número trece de la Avenidad de Epaña, encargo de Evaristo Málaga. Este bello edificio fue declarado por la Junta de Extremadura Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, según Decreto 252/2000 de 19 de diciembre, en el que se reconoce el valor histórico-artístico de la vivienda, que responde a un momento histórico del ensanche en el que se prodigaron casas unifamiliares de cierto lujo, desenfado y fantasía. Pertenece al eclecticismo típico de la arquitectura española de la primera mitad del siglo XX. A principios de los años ochenta, el Hogar de las Hermanitas de los Pobres fue asimismo derribado y con la construcción de algunos otros edificios de estilo racionalista de escasa relevancia y exceso de altura, el paseo adquiere prácticamente su aspecto actual, un tanto alejado de los criterios que primaron en su concepción inicial: la creación de un espacio abierto con baja densidad de construcción y con ventilación e iluminación adecuadas, para el mejor crecimiento de una vegetación que hiciera más agradable los ratos de ocio en esta superficie ajardinada que se aproxima a las dos hectáreas.
Las duras condiciones que el entorno urbano impone a la vegetación ha sido la causa de que ningún ejemplar, de los plantados originariamente, haya llegado hasta nuestros días. Las especies más longevas son algunas acacias de tres espinas del género Gleditsia y algunos plátanos de sombra que rondan los 75-80 años de edad. A lo largo de su historia el paseo se ha ido embelleciendo con diversos monumentos e instalaciones:
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Monumento a Muñoz Chaves |
El monumento a Muñoz Chaves, jefe del Partido Liberal, diputado en Cortes y abogado, se erigió en 1918. Se financió por suscripción popular, ya que el homenajeado, que había muerto repentinamente de una dolencia cardiaca, se había distinguido en la defensa de las reivindicaciones del pueblo cacereño. Su autor fue el escultor Mateo Inurria y consiste en un busto colocado sobre un pedestal de piedra, rematado en monolito, en cuyos laterales están esculpidos el escudo de Cáceres y una mujer de aspecto clásico.
El monumento a José María Gabriel y Galán conmemora el vigésimo aniversario de su muerte. Se inauguró el seis de enero de 1926 con la asistencia de la corporación en pleno. Es obra del escultor extremeño, nacido en Hervás, Enrique Pérez Comendador. Desde su inauguración se reúnen todos los seis de enero a su alrededor los vates de la ciudad para recordar al poeta. El monumento representa al escritor sentado sobre una silla con un libro en la mano. Las caras del pedestal representan en relieve, el escudo de Cáceres y escenas que aluden a dos de sus más conocidos poemas: Las sementeras y El Cristu Benditu.
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Monumento a Gabriel y Galán |
La fuente luminosa es obra del ingeniero hidráulico Carlos Buigas. Se instaló en 1965 y es del estilo de la que realizó para la Exposición Universal de Barcelona de 1929 que está instalada en el Parque de Montjuit. Próxima a esta fuente está el monumento al Ancla inaugurado el 25 de junio de 1978. Se trata de una vieja ancla con trabazón de madera, muy deteriorada por el paso del tiempo, del siglo XVII.
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Fuente luminosa |
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Ancla del siglo XVII |
El monumento al barón Pierre de Coubertain fue donado al municipio en 1996 con motivo de la celebración de la Semana Olímpica (del 23 al 27 de abril del mismo año).
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Templete o kiosko de la música |
El templete de la música data de 1887. Durante muchos años se celebraron en él conciertos las mañanas de los domingos y servía de apoyo para las juras de bandera y las paradas militares. Con motivo de estos actos se instalaban en sus proximidades quioscos de bebidas de madera, con sillas de hierro que se alquilaban a perra gorda y se guardaban junto con los útiles de jardinería en los bajos del templete. El huracán de 1941 destruyó la cubierta del templete y se instaló otra de cobre. En 1999 se reformó y amplió, dándole una mayor funcionalidad como instalación hostelera, en detrimento de su concepción original. Esta reforma no ha estado exenta de polémica.
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Fuente superior o de los cisnes |
Las fuentes superior, o de los cisnes, e inferior, o de los tritones, fueron en su origen instalaciones rústicas, con pequeñas rocallas centrales de piedra caliza que se utilizaban a manera de estanques, en los que los jardineros llenaban las antiguas regaderas de zinc para regar las flores.
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Fuente inferior o de los tritones |
Estas fuentes fueron remodeladas por Eulogio Blasco, reconocido repujador, que llegó a trabajar en la Casa de la Moneda, ayudado por el pintor Emilio Macías, el escayolista Lorenzo Calvo y algunos alumnos de la Escuela Elemental de Bellas Artes que colaboraron en el vaciado de las piezas.
La remodelación acometida a finales de los años cuarenta sufrió agresiones y mutilaciones diversas, debiendo ser restauradas las fuentes en el año 1992.
La fuente superior tiene un cuerpo central formado por dos conchas circulares superpuestas, rematado por una copa en la que se posa un pato. Debajo de la concha inferior cuatro cisnes con surtidores en los picos juguetean sobre la vieja rocalla sumergida.
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Detalle de la fuente de los cisnes |
En el centro de la fuente inferior, de estructura parecida, un niño abraza cariñosamente una oca que hace de surtidor. El conjunto, que se eleva a una altura de cinco metros sobre el suelo, se asienta sobre un basamento cuadrangular que viene adornado en sus caras por cuatro tritones, de cuyas bocas emergen surtidores ornamentales.
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Detalle de la fuente de los tritones |
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Base de la fuente de los tritones |
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