sábado, noviembre 21, 2009

¿El aljibe era una mezquita?

El equipo de arqueólogos que ha llevado a cabo el estudio que concluye que el aljibe del Museo de Cáceres fue originalmente un templo religioso musulmán, propone que se tenga en cuenta este hecho en la reforma integral que se va a llevar a cabo del museo, "y que se contemple recuperar el acceso al público a lo que sería la sala de oraciones de una mezquita", según afirmó a este diario Víctor Gibello. Es el director de los trabajos que se llevaron a cabo de marzo a junio del 2008, por iniciativa del Ministerio de Cultura, al que pertenece el edificio.

Los arqueólogos consideran que hay pruebas "irrefutables" acerca del uso que tuvo en sus orígenes lo que después se convirtió en un depósito de agua, y hoy es el elemento más representativo de la ciudad y uno de los monumentos más visitado de la región. "Una de esas evidencias es la existencia de pinturas originales que son solubles en agua. Creo que es una obviedad decir que si son originales y son solubles en agua, es que ese espacio no estaba concebido para tener agua", explicó Gibello. Se trata de pigmentos en dos tonos, uno rojizo y otro amarronado, que cubrían las paredes de esta sala. El experto añadió que su equipo ha documentado también la existencia de decoración con placas de cal aplicadas a la pared de los arcos, cuando aún el mortero estaba fresco y que se han ido degradando con la existencia del agua, reveló. El hecho de que se trate de cal y no yeso es especialmente importante según este equipo, porque "introduce un nuevo material al que entendemos que se ha empleado siempre en el mundo árabe, el yeso", señaló la otra investigadora, María Teresa Cabezas.

El estado actual de conservación de la ornamentación es tan malo que hace que sea muy difícil saber cuáles eran los motivos que aparecían, aunque los expertos creen que se trataba de motivos florales.

El estudio que han llevado a cabo Víctor Gibello y María Teresa Cabezas, permite ver con nuevos ojos un espacio de 140 metros cuadrados distribuidos en cinco naves, con cuatro arcadas que descansan sobre 12 columnas y un pilar, "probablemente reutilizado de una época anterior", según Cabezas.

La posibilidad de que hubiera una mezquita en esa zona no es nueva, de hecho es uno de los mitos de la ciudad para el que Gibello, que ha llevado a cabo estudios arqueológicos tanto en el interior del templo como en sus alrededores, considera que "no hay ni un solo indicio", al contrario de lo que han visto en el aljibe.

Según los datos de su estudio, la sala que ahora alberga el aljibe fue en los siglos IX o X la principal mezquita a la que acudía la población de Cáceres, que era entonces de escasa entidad. Además sostienen que aljibe actual no es un edificio subterráneo viéndolo desde el rincón del Gallo, y que en el siglo IX estaba elevado sobre el terreno, "pero la eliminación de edificios anexos a la mezquita y la compactación del terreno acabaron por elevar el nivel de los alrededores", añaden.

Cambio de uso

Respecto al paso de mezquita a aljibe, Gibello apunta que que "fueron los propios musulmanes quienes cambiaron su uso por dos circunstancias". Una de ellas es que la orientación de la sala de oraciones no es exactamente hacia la Meca como establecen sus preceptos. "Muchas mezquitas se derriban hasta la base para reconstruirlas perfectamente", recuerda su compañera.

La otra es que a medida que avanza la reconquista, Cáceres adquiere protagonismo al ser un puesto fronterizo según avanzan los cristianos. "Entonces fortifican la ciudad hasta extremos notables, pero tienen un problema con el agua", explica el investigador. "La ciudad se amplía, se construye un albarcar --zona defensiva--, en la zona más baja de la ciudad, Santa María y San Jorge, entonces vacías, con la previsión de acantonar tropas. Y necesitan agua", argumenta.

La teoría de este equipo es que ambas circunstancias pudieron provocar que lo que era la sala de oraciones se convirtiera en depósito de agua. "Tratan de ser metódicos --añade-- porque cada encuentro de muros lo forran con un bocel para evitar la filtración", explica. Pero el efecto del agua durante de nueve siglos han acabado por dañarlo. "Son ellos quienes construyen las bóvedas, el lucero para recoger el agua de lluvia, recrecen los muros laterales, eliminando ventanas en los muros sur y oeste.

¿Y hacia dónde se extendería la mezquita? "Esa es una de las preguntas que hay que responder", señalan. "Nuestra teoría es que junto a la sala de oración, habría un espacio al exterior que tendría una posición muy similar a la del patio actual trasero, en el que además hay una pila", explican.

Fuente:
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=477784
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=477786


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1 comentario:

  1. Muy interesante José Luis.Leyendo tu entrada,me he enterado de cosas que desconocía por completo.
    Ya me he hecho seguidor de tu blog y a partir de ahora lo visitaré de vez en cuando.
    Un consejo para tener más seguidores,busca otros blogs de la misma temática que el tuyo y comenta las entradas que te parezcan interesantes a la vez que te puedes hacer seguidor de algunos.Ya verás como los demás responden visitando tu blog...es interesante,se aprenden cosas de los demás.

    Bueno,hasta otro rato.

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